sexta-feira, 25 de setembro de 2009


Quiero escribir un poco más de Chico y compartir con todos un puñado de recuerdos sueltos. Como he dicho, a veces Chico y yo nos escapábamos y recorríamos algunos lugares de Managua. No me acuerdo bien, pero creo que después que cumplíamos lo que teníamos que hacer, cambio de informaciones y de orientaciones, o entrega de correo que yo llevaba  no me acuerdo a  quien. Tampoco me acuerdo en que época fue eso, creo que fui en el 78. Nos íbamos por ejemplo, al mercado oriental. Tomábamos sopa de res o de cola. Me acuerdo exactamente del lugar. Andábamos en medio de la multitud, tal vez él estaba dando tiempo para un nuevo contacto, que imagino tenia próximo de allí. Entonces aprovechábamos esos intervalos. Chico hasta bromeaba con las vendedoras del mercado. Yo apenas observaba.  Una vez fuimos al cine a ver Encuentros cercanos del tercer tipo. Había una fila enorme. No nos gustó la película y salimos a la mitad. Eso fue en aquel cine que quedaba cerca de Loma Verde. No me acuerdo del nombre de ese cine y si todavía funciona o si, como el Rex, hoy es un templo evangélico.
Cuando pasábamos por el edificio del Banic, en la carretera Masaya, él decía que allí seria el local de la juventud revolucionaria. Era un edificio moderno, con fachada de vidrio y bonito. Después del triunfo me acordaba de eso que él me decía, pero el mismo edificio continuaba siendo del Banic.
Pero el momento más terrible que viví con Chico fue en un contacto frente al cine de Bello Horizonte. Chico lloró y casi me hace llorar. Acababa de morir Oscar Robelo, que era muy amigo de Chico. Creo que fue un día después que Oscar murió que nos encontramos en Bello Horizonte. Chico me habló de Oscar. Y me acuerdo muy bien lo que me dice. Me dijo, ya con los ojos llenos de lágrimas,  que tenía la imagen de Oscar  riéndose. Y que Oscar se reía moviendo la barriga. No sé si es verdad, pero es esa la imagen que había quedado en la mente de Chico. Y durante mucho tiempo quedó en mi esa imagen, que creo nunca conté para nadie, la imagen de Chico llorando por Oscar. Después nos perdimos en las calles polvorientas del barrio de Santa Rosa.
Una vez me contó que había dejado una novia en León o en Mina El Limón, no sé. Pero que la había dejado o terminado con ella. Entendí que era alguien que no militaba y que, además de su venida a Managua, había provocado el distanciamiento. Y decía que de ella se acordaba con la canción de Roberto Carlos “Detalles”. Y cantaba aquella frase
No ganas al intentar el olvidarme
durante mucho tiempo en tu vida yo voy a vivir
detalles tan pequeños de los dos
son cosas muy grandes para olvidar
y a toda hora van a estar presentes, ya lo veras
si otro hombre apareciera por tu ruta
y esto te trajese recuerdos míos, la culpa es tuya
el ruido enloquecedor de su auto
será la causa obligada o algo así
inmediatamente tu vas a acordarte de mí



W.M

Nenhum comentário:

Postar um comentário